Por César López – Técnico Superior en Turismo
Chamamé, antiguo ritual de la tribu guaraní, hábiles artistas que bailando en ronda elevaban oraciones bajo la lluvia. Así lo había definido “Pocho” Roch, eximio músico de este estilo y férreo defensor de la cultura correntina. Él, afirmaba que la palabra chamamé en su etimología lleva exactamente ese significado: “ESTAR EN LA LLUVIA CON EL ALMA”.
Desde este concepto poético, que caracteriza a la interpretación del idioma de los avá, podemos asomarnos y contemplar a un fenómeno filosófico, artístico y religioso que se gestó en el interior de las reducciones jesuíticas.
El universo guaraní, su cosmogonía, tejió la trama de una música que combina en su vasta riqueza: baile, literatura, formas de vida, el mágico resplandor de la geografía, un fuerte compromiso por la identidad y la justicia social. Por eso, el chamamé es la síntesis de los tesoros que envuelven a la historia antropológica de Corrientes. Es espíritu, un patrimonio inmaterial, conocimiento ancestral surgido como elemento evangelizador en el nuevo mundo que la comunidad nativa comenzaba a descubrir.
La danza, nació emulando el movimiento de los árboles y pájaros que andan en son del viento; su ritmo, apareció en cadencia con el pulso de los latidos del corazón y su sonido fue consolidándose a partir de la diversidad cultural que las inmigraciones europeas, en sus expresiones, iban desplegando. Este género, de lejos fue acercándose y poco a poco se transformó en el alma de nuestra provincia, del litoral argentino después, del Mercosur y hoy de todo el planeta. El 16 de diciembre del 2020, fue declarado PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO (La organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Patrimonio quiere decir: herencia de nuestros padres; cultural: aquello que traspasa límites geográficos, políticos y se mete en el sentimiento de la gente; inmaterial: un saber, una tradición, folklore y sabiduría; de la humanidad, es decir, que ya no tiene dueño y pertenece al cofre de oro de todas las culturas. La música que identifica a Corrientes, ha sido reconocida como una de las maravillas artísticas más grandes del mundo, luego de haber sido rechazada y marginada por mucho tiempo. Quizás, porque el chamamé, siempre ha resaltado el lenguaje de los indios guaraníes, su voz, sus rituales, los gestos que para aquellas civilizaciones autóctonas constituían la primera imagen del alma.
LA UNESCO, declaró al chamamé: ÚNICO, AUTÉNTICO E IRREMPLAZABLE, como un medio de unión entre países para promover el dialogo y proclamar la paz. Señoras y señores, el mundo entero se rinde a los pies de nuestra música, es el retrato y el espejo de nuestra esencia, sinónimo de ADN, es IDENTIDAD, el chámame es PATRIMONIO CULTURAL, EL ALMA DE LA HUMANIDAD.
