El obispo de Goya monseรฑor monseรฑor Adolfo Canecin suscribe y adhiere el mensaje de la Comisiรณn Nacional de Pastoral de Adicciones y advierte sobre ยซla despenalizaciรณn de hechoยป de la venta y consumo de drogas en el paรญs. En Goya se concentraran en la plaza Plรกcido Martรญnez a las 19:30, luego se realizarรก una procesiรณn hasta la iglesia rotonda donde celebrarรกn la misa. Participaran las autoridades de la ciudad.

En el marco del Dรญa Internacional de la lucha contra el Uso Indebido y el Trรกfico Ilรญcito de Drogas, la Comisiรณn Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia expresa su preocupaciรณn por el gran crecimiento del narcotrรกfico y ยซla despenalizaciรณn de hechoยป de la venta y consumo de drogas a lo largo de todo el paรญs.
ยซFrente a un Estado que se va retirando de nuestros espacios mรกs pobres, como Iglesia y junto a otras organizaciones de base, no damos abasto con la demanda de ayudaยป, plantea.
ยซNos encontramos, por ejemplo, con escuelas que estรกn atravesadas por el consumo; las fuerzas de seguridad ayudan, pero a veces no alcanza con su presencia actual; los transas balean nuestros lugares supuestamente seguros; los vecinos se organizan, pero hay armas de por medioยป, describe.
Texto del comunicado
En el marco del Dรญa Internacional de la lucha contra el Uso Indebido y el Trรกfico Ilรญcito de Drogas, la Comisiรณn Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia quiere expresar su preocupaciรณn por el gran crecimiento del narcotrรกfico y ยซla despenalizaciรณn de hechoยป de la venta y consumo de drogas a lo largo de todo nuestro paรญs.
Los obispos latinoamericanos reunidos en Aparecida en el aรฑo 2007 expresaban: ยซEl problema de la droga es como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras ni geogrรกficas ni humanas. Ataca por igual a paรญses ricos y pobres, a niรฑos, jรณvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres. La Iglesia no puede permanecer indiferente ante este flagelo que estรก destruyendo a la humanidad, especialmente a las nuevas generacionesยป.
En las ciudades y pueblos de nuestro paรญs, particularmente en las periferias y barriadas pobres, vemos que el narcotrรกfico va ocupando espacios sigilosamente y no se detiene. Da ยซtrabajoยป a las personas y mientras que los barrios parecen tranquilos, se van desintegrando las familias y el narcotrรกfico extiende su vil campo de acciรณn. Son nuestros adolescentes y jรณvenes los que van entrando tanto en el consumo de drogas como en la cadena de compra-venta de sustancias.
La presencia de las iglesias con su trabajo en los campos de prevenciรณn, acompaรฑamiento y recuperaciรณn es clave para llegar antes que se ofrezca una vida ligada al narcotrรกfico, y tambiรฉn para levantar a los caรญdos, abrazar sus vidas, asรญ como vienen e intentar nuevos caminos en los que se reencuentran con ellos mismos, sus capacidades y sus entornos psico-socio afectivos.
Frente a un Estado que se va retirando de nuestros espacios mรกs pobres, como Iglesia y junto a otras organizaciones de base, no damos abasto con la demanda de ayuda. Nos encontramos, por ejemplo, con escuelas que estรกn atravesadas por el consumo; las fuerzas de seguridad ayudan, pero a veces no alcanza con su presencia actual; los transas balean nuestros lugares supuestamente seguros; los vecinos se organizan, pero hay armas de por medio. En este escenario no hay paz. Al mismo tiempo, los grandes hospitales pรบblicos, dadas las deficiencias presupuestarias, se estรกn convirtiendo en salas de atenciรณn primaria de la salud.
Nuestra Iglesia en este aรฑo jubilar continรบa dando pasos para enfrentar el dolor del consumo de drogas y para ser signo de esperanza concreta. Invitamos a todas las diรณcesis argentinas a que fortalezcan las instancias preventivas del consumo, como tambiรฉn a que sueรฑen y activen, segรบn sus posibilidades, espacios de atenciรณn para aquellas personas que padecen este flagelo. Y al Estado en todas sus instancias lo invitamos a valorar, cuidar y sostener con salarios adecuados el trabajo y los esfuerzos de tantas personas que entregan sus vidas por aquellos que se sienten descartados.
El Papa Francisco en su catequesis del 26 de junio del 2024 nos invitaba a no ser indiferentes y nos recordaba: ยซEl Seรฑor Jesรบs se ha detenido, se ha acercado, ha curado las llagas. Siguiendo el estilo de su proximidad, tambiรฉn nosotros estamos llamados a actuar, a detenernos ante las situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y la angustia, a inclinarnos para levantar y traer de vuelta a una vida nueva a quienes caen en la esclavitud de la drogaยป.
Que la joven santidad del Beato Ceferino Namuncurรก, patrono de la pastoral de adicciones, nos siga inspirando en nuestro trabajo como equipo para que seamos signos de esperanza en la misiรณn que Dios nos confรญa. +
