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martes, julio 8, 2025
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Barboza y Güenaga, acordeones de fuerte tradición curuzucuateña

Dos estilos para hacer suspirar o abrir un vendaval con los fuelles

Uno eleva la imaginación para ver los paisajes y la historia humana del Litoral, el otro trae reminiscencias del esfuerzo del peón rural y sus vivencias, ambos tienen raíces en la sucursal del cielo e hicieron emocionar a la concurrencia.

Uno tiene un estilo depurado y academicista, virtud construida en el estudio y perseverancia en la música correntina. El otro trae el galope tropero del mencho correntino que vive y trabaja en los campos del sudeste correntino; ambos traen ese talento musiquero que tiene su epicentro en Curuzú Cuatiá.

El primero es Raúl Barboza quien con su acordeón diatónico no necesita más presentaciones que su apellido en Corrientes o en el mundo. «Artista destacado, ciudadano del mundo embajador permanente» lo anunció Miryam Fleitas y y el músico lo certificó en sus interpretaciones de la noche de viernes inaugural.

El segundo es Juancito Güenaga y su conjunto, ambos mostraron que el género tiene una diversidad creativa que se puede definir como música de concierto en el caso de Barboza y de baile en el estilo tarragosero del Cultor del Chamamé.

Ambos tienen sus raíces ancestrales en Curuzú Cuatiá, Güenaga por nacimiento artístico y Barboza por ser hijo de Adolfo Barboza músico nacido en la sucursal del cielo, como se jactan sus pobladores. Raúl nació en Buenos Aires, pero como dijo la recordada Ofelia Leyba, «el correntino nace donde quiere».

Fueron dos de los números más importantes que se presentaron en la primera noche de las diez que, año tras año, tiene la Fiesta Nacional del Chamamé y cada uno le dio su impronta.

Embajador por elección

Barboza tiene 86 años y desde 1987 eligió instalarse en Paris desde donde se convirtió en un puntal de la difusión global del chamamé, mucho antes que en el Taragüí empezaran a soñar con que el género sería declarado décadas después Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reconocimiento para toda la nación chamamecera.

Dueño de un virtuosimo y talento original, Barboza cultiva la humildad como sello de presentación y desde su lugar de embajador no duda en compartir escenario con músicos relativamente nuevos que empiezan a construir su camino, como la excelente violinista Belén Arriola de Tajy, o el percusionista «Cacho» Bernal quienes, junto al guitarrista Dardo González conforman un cuarteto exquisito.

Desde esa humildad, Barboza explicó que González no pudo subir al escenario Osvaldo Sosa Cordero por un problema de salud y aclaró que ya se encontraba en su casa, fuera de peligro con reposo recomendado.

Desde el primer acorde del ya mítico acordeón que despuntó Alma Guaraní, al Baile del Duende el grupo, devenido a trío, cautivó a la audiencia presente en el anfiteatro en un recital que tuvo puntos culminantes de emoción chamamecera con varios temas, entre los que también se destacan Saltos de Guayrá y una muy bien lograda versión de La Caú, ese tema que suele despertar la pasión correntina en un estentóreo sapukái; ese que no se pide porque nace bien de adentro.

Claro que Barboza no puede sustraerse de interpretar, en cualquier escenario en el que se presenta, «Tren expreso», esa composición suya que, en sus acordes y armonía, exhibe un viaje imaginario por las vías del éxodo o, regreso, del correntino que se ve forzado a dejar su pago.

Así transitó su paso por el escenario este original grupo, porque cuando le pidieron otra accedió a una más, porque «es necesario que los artistas que vienen detrás, no se queden muy atrás», frase con la que mostró el respeto por sus colegas músicos que le seguían en la grilla de artistas.

Bailanta de taco y suela


En otro estilo, no por ello menos virtuoso está «El Cultor del Chamamé», Juancito Güenaga y su conjunto que despliega la estructura tradicional de los grandes grupos chamameceros de cinco músicos y un glosista, heredado de su experiencia como compañero de ruta de Tarragó Ros padre y al ritmo del galope tropero convirtió cada rincón del anfiteatro Cocomarola en una gigantesca bailanta.

Desde los primeros acordes de presentación, cuando el glosista prepara a la concurrencia para el baile que se desata tras el recitado que rememora los amaneceres de la mítica Laguna Totora de San Cosme donde llora su luto el caráu y a la vera de la cual nacieron tantos chamameceros de la talla de Mario del Tránsito Cocomarola o los Hermanos Barrios.

Con el remozado predio chamamecero convertido en bailanta de taco y suela, continuaron con la pieza Parada Pucheta, esa descripción de las viejas costumbres camperas con «El Campiriño», que por la maldición de la inflación ahora llena sus guayacas con «diemil y veintemil» (sic) y no con «cien, cincuenta y de diez», como dice la letra original.

Siempre al ritmo del galope tropero sumaron «Guayquiraró orilla», «El cabureí», «Karaí Pacheco» y cerraron con una imponente interpretación de «El toro» esa creación de Camba Castillo, otro prócer chamamecero de Curuzú Cuatiá, donde al parecer los hijos en vez de venir con un pan en la mano, parece que traen una verdulería bajo el brazo.

La tercera jornada tendrá una variada muestra de artistas

Luego de dos noches a pura emoción, la tercera jornada de la 34 Fiesta Nacional del Chamamé tendrá en el Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola una exposición de la diversidad de estilos en la interpretación del género.

Como todas la noches se verán a los consagrados y a los nuevos intérpretes y aquellos que ya llevan varios años construyendo con esfuerzo y talento; así como la llegada de profesionales de otros rubros que tienen una vocación chamamecera.

Se destacan para la jornada dominguera Rudi Flores; Los nuevos chaqueñísimos Cardozo, continuadores de un legado histórico; así como Gustavo Miqueri y Trebol de Ases, con figuras crecientes como Florencia de Pompert, el talento de David Díaz Marcheto.

La Fiesta es también un vehículo de integración y en cada noche hay visitantes como el brasileño Jaime Ribeiro y el paraguayo Osvaldo Cantero y su grupo.

Por Rubén Orlando Giménez

Redacción de época

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