“Josecito” para los amigos, nació en nuestra ciudad allá por el año 2007, y a sus 8 años de edad acompañado por su padre comenzó a practicar Taekwondo, llegando a cinto negro a sus 14 años.

Josecito fue dueño de un gran 2021, ya que no solo volvió a los combates en el Regional del Noroeste Argentino que marcó la vuelta de los torneos después de la pandemia, sino que participó de los Torneos Nacionales que lo clasificaron al Mundial de Holanda que se disputó en junio de este año.
Pero no todo fue alegría en ese año, ya que por cuestiones económicas no lograron juntar los tres mil dólares que demandaba su participación en el Mundial y se tuvo que quedar con el sabor amargo de haber clasificado al evento deportivo de su vida y no poder asistir a la cita mundialista.
Pero José va por la revancha, lejos de bajar los brazos este 2022 fue motivador para él, logrando alcanzar el Sudamericano. Ahora asistirá para demostrar que estaba dispuesto a traer el oro de Holanda.

De familia de clase media, su padre es maestro rural y su madre ama de casa, él ayuda en los quehaceres diarios y asiste a la Escuela Técnica “Arq. Francisco Pinarolli” en donde cursa el tercer año de la educación secundaria.
Cuando no practica Taekwondo le gusta mucho escuchar música y le apasiona jugar al Handball, aunque lo que más disfruta son las tardes de pesca junto a su padre y su familia.
Josecito se está entrenando mucho para este torneo y no piensa dejar pasar la oportunidad para demostrarle a Sudamérica que es el mejor de su categoría y que de haber tenido el apoyo que necesitaba a principios de 2022 hubiese sido campeón mundial de taekwondo.
Él sabe que el camino no fue fácil y que para llegar a donde está tanto él como su familia tuvo que hacer mucho esfuerzo y no piensa desperdiciar esta oportunidad.
