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Fundación de SANTA LUCIA DE LOS ASTOS – Corrientes

28 de Noviembre de 1615

Feliz 407º Aniversario !!!

Las puestas del sol sobre los ríos Santa Lucía y Paraná, que rodean esta localidad, son el más bello espectáculo. Tierra de horticultores, su producción se basa en tomates, pimientos y otras hortalizas bajo coberturas plásticas llamadas tendaleros, gracias a esto ha sido declarada sede de la «FIESTA NACIONAL DE LA HORTICULTURA».

HISTORIA:

El pueblo de Santa Lucía de los Astos ,fue fundado por disposición de don Hernando Arias de Saavedra, conocido como Hernandarias, en la desembocadura del río Mepemé, hoy Río Santa Lucía; en 1615. En ese lugar es conocido como Taba – cué (pueblo viejo en guaraní) y estaba en las proximidades y estaba en las proximidades del actual paraje Rincón de Soto , pero sus costas se desbarrancaron y ya no queda nada. Sus primeros pobladores eran todos indígenas, que formaron , bajo la dirección de los padres Franciscanos , una reducción donde fueron adoctrinados en la Fe Cristiana. Tenían una humilde capillita de adobe donde veneraban una hermosa imagén de la Virgen y Martir Santa Lucía, que había sido traía por la familia de los Astos.

Como los otros indios de la otra orilla del Paraná, llamado Chaco Santafesino, incendiaron y robaron la reducción en dos o tres oportunidades, los padres franciscanos resolvieron trasladar a la población, a un lugar más seguro , a una legua de distancia, sobre la margen derecha del Río Santa Lucía y lejos de la costa del Paraná. Eso fue en 1716. Aquí volvieron a levantar una humilde iglesia, para venerar en ella a su querida patrona.Alrededor del año 1770, el Padre Doctrinero, Fray Juan José Pereyra, levanto una capilla de adobe, pero un temporal la destruyó.. Fue entonces cuando decidió levantar una capilla mas grande y fuerte de ladrillo. Enseño a los indios a fabricarlos y descubrió a una legua de distancia del asentamiento, una cantera de cal. Contrató a un maestro europeo que diseño la construcción de estilo colonial y se empeño con alma y vida a llevar adelante la obra. Tardó casi 20 años en construirla y al final trajo de las misiones del Yaguarón, actual república del Paraguay, a dos artesanos especializados en la fabricación de retablos, Don Gaspar Bogarin , y su hermano Nicolás, para que fabricaran el que actualmente se admira con los nichos de la Santa Patrona y de otros santos. A la muerte del Padre Pereyra, acaecida del 18 de Julio de 1790, estaba concluido el cuerpo principal de la iglesia y su sacristía, y comenzadas las obras de carpinterías y habitaciones parroquiales.

PUENTE DE HIERRO:

Antigua construcción de hierro que cruza sobre el Río Santa Lucía, uniendo al Barrio Villa Córdoba con la localidad de Santa Lucía, en la zona donde se encuentra emplazado este barrio se ubicaba la antigua estación de tren.

IGLESIA:

El templo fue declarado Monumento Histórico Nacional el 4 de Febrero de 1942. Su construcción data del año 1770 iniciada por Fray Jerónimo Juan Jose de Pereyra, concluyéndose hacia 1784.

Se destaca su amplia nave con una artística bóveda, con su campanario a la derecha y sacristía. Sus paredes miden 1 metro de ancho. La edificación es amplia y cómoda y ha resistido los embates del tiempo, debido a la solidez de su construcción (Prensa Ministerio de Turismo).

MÁS SOBRE SANTA LUCIA

Santa Lucía de los Astos, fué fundada por disposición de Don Hernando Arias de Saavedra, conocido como «Hernandarias», en la desembocadura del rio Mepemé, hoy río Santa Lucía en el año 1615. Ese lugar es conocido como Taba-cué (pueblo viejo, en guaraní) y estaba en las proximidades del actual paraje «Rincón de Soto», pero sus costas se desbarrancaron y ya no queda nada.

Sus primeros pobladores eran todos indígenas que formaron, bajo la dirección de los Padres Franciscanos, una «reducción», donde fueron adoctrinados en la Fe Cristiana. Tenían una humilde capillita de adobe donde veneraban una hermosa imagen de la Virgen y Mártir Santa Lucía que había sido traída por la familia de los Astos.

Como los otros indios de la otra orilla del Paraná, del llamado Chaco Santafecino, incendiaron y robaron la reducción en dos o tres oportunidades, los Padres Franciscanos resolvieron trasladar la población a un lugar más seguro, a una legua de distancia, sobre la margen derecha del Rio Santa Lucía y lejos de la costa del Paraná. Eso fué en el 1716.Aquí volvieron a levantar una humilde iglesia para venerar en ella a su querida patrona. Alrededor del año 1770, el Padre Doctrinero, Fray Juan José Pereyra, levantó una nueva capilla de adobes, pero un temporal la destruyó. Fué entonces cuando decidió levantar una iglesia más grande y fuerte, de ladrillos. Enseño a los indios a fabricarlos y descubrió, a una legua de distancia del asentamiento, una cantera de cal. Contrató a un maestro europeo que diseño la construcción, de estilo colonial y se empeñó con alma y vida a llevar adelante la obra. Tardó casi 20 años en construirla y al final trajo, de las misiones de Yaguarón, actual República del Paraguay, a dos artesanos especializados en la fabricación de retablos, Don Gaspar Bogarín y su hermano, Nicolás, para que fabricaran el que actualmente nos admira con los nichos de la Santa Patrona y de otos santos. A la muerte del Padre Pereyra, acaecida el 18 de julio de 1790, estaba concluido el cuerpo principal de la iglesia y su sacristía, y comenzadas las obras de carpintería y las habitaciones parroquiales.

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El pueblo de Santa Lucía muy humilde en sus comienzos, fué creciendo lentamente y con muchos altibajos, pero siempre bajo la guía de sus pastores, los sacerdotes Franciscanos.

Pocos años despues de la independencia, deja de ser «reducción» y se convierte en «villa» y su organización pasa a manos de los civiles. En tiempos del Gobernador Juan Pujol, se decide transformarlo en «Departamento» bajo el nombre de Lavalle. Eso fué alrededdor del año 1860. Avanzado ya el siglo XX fué declarada ciudad.

En 1881 un sacerdote de origen italiano, titulado «Misionero Apostólico Franciscano», Fray Eugenio Luchesi, que anteriormente había misionado en el noroeste argentino y que realizó un viaje a Buenos Aires para traer ornamentos y utensillos necesarios para el culto, sufrió un asalto en el que le exigieron los bienes de la iglesia. Como se negó, lo torturaron y finalmente lo colgaron y degollaron en una casa habitación, como consta en el Libro de Defunciones de nuestro archivo parroquial. Un sueño misterioso del sacerdote y de uno de los chicos del Hogar Parroquial «Fray Eugenio Luchesi», permitió descubrir el lugar donde seguramente él, guardó donaciones de la gente del lugar, consistente en monedas de oro.

El Padre Eulogio Justel, escritor y periodista, escribió una breve historia de la localidad y de la iglesia, alrededor de 1920, y solicitó se la declarará «Monumento Histórico Nacional», lo que se consiguió en 1942.

El Padre Pablo E. Mezquóriz, sacerdote de origen español, que rigió la parroquia en la década del 40, tuvo también una fecunda labor pastoral y social y ha sido siempre muy bien recordado.

Actualmente la ciudad de Santa Lucía es centro de un intenso trabajo hortícola, principalmente tomates y pimientos, y ha sido declarada sede de la «FIESTA NACIONAL DE LA HORTICULTURA».

Santa Lucía: Cuatro Siglos de historia

http://elresumenweb.com/noticia/

El establecimiento original de la ciudad fue el sitio que forma el rio santa lucía al desembocar en el Paraná, conocido como Rincón de Soto, hoy desaparecido. Los constantes ataques de indígenas obligaron a trasladar varias veces la reducción, asentándose por última vez en 1717 en el lugar actual.

La reducción de Santa Lucía fue formada por un grupo guaycurú sometido por la fuerza de las armas, encomendados a los franciscanos quienes atemperaron ese régimen de trabajo indígena.

En los primeros tiempos la distancia entre Santa Lucía y la ciudad de Corrientes dificultó la atención de los frailes quienes eventualmente podían llegar hasta Rincón de Soto.

Llevaba seis años de existencia esa reducción cuando del Gobernador del Río de la Plata, Diego de Góngora, visitó los pueblos de su jurisdicción. Redactó un valioso informe, fechado el 20 de enero de 1622, sobre la vida precaria y necesidades en que se desenvolvían tres poblaciones de su jurisdicción: Corrientes, Itatí y Santa Lucía de los Astos.

De esta última puntualiza:

“hallé falto de gente, sin sacerdote y dejé orden para que el cacique principal y un español fuesen tierra adentro a llamar, a buscar y recoger los indios para su vuelta”.

“En la ciudad requerí del guardián de San Francisco, envié a esta reducción al sacerdote que antes reducía a ella; hay una iglesia mediam de tapias y maderas, sin ornamentos”.

“Tienen algunas casas de madereras y paja mal reparadas, algunos dijeron que eran bautizados, estos andaban vestidos, los demás infieles desnudos; no tenían mantenimiento ni maíz ni tributo de comunidad, tenían pocas vacas, cuatro bueyes y otras menudencias, tenían hechas sus sementeras, el sitio es bueno, muchas tierras, montes para leña y madera, buena agua, buenos pescadores y cazaderos”.

“Declararon que haría seis años (1616) que los trajeron de sus tierras, a unas 15 leguas de la reducción, de la otra banda del rio, por mandato de Hernando Arias de Saavedra y que de pestes…y otras enfermedades habían muerdo algunos y otros se habían vuelto a sus tierras… así mismo declararon que se dedican a bogar y a vaquear. Empadronárnosle: 35 indios, 37 indias y 61 muchachos, y por ser el sitio bueno dijeron que se quieren quedar en él”.

Los constantes ataques de otras parcialidades indígenas- Caracaraes, abispones y charrúas, obligaron a trasladar varias veces la reducción, asentándose por ultimo en 1717 en el lugar actual.

En 1750, Frai Pedro José de Parras hace mención al nuevo asentamiento y afirma que el pueblo está en muy buen paraje y además está todo murado para defenderse de los infieles.

La producción fue en base a chacras, en cada pueblo existía los denominados bienes de la reducción. En el caso de Santa Lucía, por ejemplo, en este periodo los indígenas tenían derechos sobre ganados cimarrón, que habían traído ellos mismos en balsas desde el Valle Calchaquí.

En 1771 se hace cargo de la reducción el P. Juan José Pereira, quien realizó una nueva iglesia de “adobe crudo”. 18 años después el padre Pereira contrató a Gazpar Bogarín, natural del Yaguarón (Paraguay) para la realización del retablo y púlpito de la misma. La iglesia fue concluida en 1794, un año después de ese maestro del arte de la escultura. Desde principios del siglo XIX privados de la acción paternal de los Frailes Franciscano, la comunidad de Santa Lucía de los Astos fue gobernada por inescrupulosos administradores y prácticamente extinguida en 1827.

El crecimiento de Goya y Bella Vista limitaron fuertemente las posibilidades de desarrollo de Santa Lucía. A principios de siglo XX el pueblo había llegado al millar de habitantes, gente más o menos industriosa dedicada parte a la agricultura, parte a la ganadería y con elementos extranjeros, principalmente el italiano, dedicado al comercio.

Y así como los veleros navegan gracias al impulso del viento en las velas, desde las décadas del 60 (S. XX) con los primeros pasos de la horticultura, Santa Lucía evoluciona, progresa, gracias al impulso que le proporciona el corazón de sus habitantes.

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