10 frases de Brochero que quedaron para reflexionar.
1) “Dios es como los piojos, está en todas partes, pero prefiere a los pobres”.
2) “La gracia de Dios es como la lluvia que a todos moja.”
3) “¡Te jodiste, Diablo! ¡Cuántas almas se salvarán detrás de los muros de esta casa!”, al iniciar la construcción de su Casa de Ejercicios.
4) “Estos trapos benditos que llevo encima no son los que me hacen sacerdote; si no llevo en mi pecho la caridad, ni a cristiano llego.”
5) “Yo me felicitaría si Dios me saca de este planeta sentado confesando y predicando el Evangelio.”
6) “Yo le he dicho al señor obispo y le he repetido hasta el fastidio quizás, que lo acompañaré hasta la muerte como simple soldado que desea morir en las peleas de Jesucristo.”
7) Ante el fallecimiento de su obispo y la inminente elección de un nuevo pastor para su diócesis, el Cura Brochero escribió una vez al presidente de la nación, ya que por entonces el Estado participaba en estas designaciones. En su carta para ayudar en la elección habla del clásico juego de naipes argentino Truco: “Quiero y vale cuatro, y mataré la del medio con el siete de espadas, y la última con el as del mismo palo, diciéndole al Congreso que no se fijen ni en la mitra ni en la ciencia (…) sino en (la) prudencia de la persona que honren en la silla episcopal”.
Ante otra circunstancia en la que su nombre era mencionado por la prensa como posible nuevo obispo de Córdoba e incluso algunos lo felicitaban por ello escribió un telegrama: “Agradezco voluntad suya, no felicitación: es deshonor para Córdoba figure Brochero en terna. Soy idiota, sin tino, sin virtudes. Influya no aparezca en terna. José Gabriel Brochero”.
9) “Quiero contarle el texto con que rompí en la primera misión: este fue una vaca negra que estaban viendo todos los oyentes. Dije que como esa vaca estaba con la señal y marca del Ingenio llamado Trinidad, así estábamos señalados y marcados por Dios todos los cristianos. Pero que Dios no marcaba en la pierna, ni en la paleta ni en las costillas, sino en el alma. Porque la señal de Dios es la Santa Cruz. Y que la marca de Él era la fe. Y que esta la ponía en el alma, y que la ponía volcada a todos los que no guardaban sus mandamientos. Pero, mi querido, hizo tal eco, que se han costeado hasta 25 leguas a oírme. Y se han confesado en esta misión, como no lo han hecho en otras que han dado los jesuitas copetudos y elocuentes”.
10) Tras regresar a su curato después de que otros curas tomen sus responsabilidades lo esperaban con gran algarabía. Cuando él defiende a los otros sacerdotes que lo reemplazaron, y alguien le dice que ellos no eran lo mismo que él, Brochero responde: “Y bueno, cada uno toca la cuerda con los dedos que Dios le ha dado”.
