En el Paraje Rincón Zarza, donde la civilización se desvanece entre los árboles y arroyos, allí vive Ester Cerdán, una enfermera cuyo corazón late al ritmo de la necesidad de los demás. Ella vive junto a su esposo, quien la acompaña en este rincón remoto, donde la distancia no es un obstáculo para su devoción por ayudar a quienes la necesitan.
Ester es conocida por su dedicación, ella recorre de a pie o a caballo los largos caminos que la llevan a los hogares dispersos en la inmensidad de la naturaleza. Incluso en días de lluvia, cuando los arroyos se convierten en verdaderos obstáculos, y justo ahí, es donde su espíritu perseverante no se detiene, buscando siempre llegar a tiempo para ofrecer su ayuda y cuidado.
Nosotros recibimos una carta de un misionero que había visitado los lejanos parajes donde Ester ejerce su noble labor. Y en su carta, el misionero nos relató con admiración la entrega y sacrificio de Ester, así como las dificultades que enfrenta a diario para llegar a quienes la necesitan.
Conmovidos actuamos de inmediato y sin perder tiempo, fuimos hasta el Paraje Rincón Zarza, y llevamos un regalo muy especial para Ester. Cuando llegamos al lugar, ella ya nos estaba esperando sobre el alambrado de su casa, con una mezcla de sorpresa y emoción en su rostro.
Sin saber qué esperar, Ester recibió el regalo que le llevamos: “una bicicleta”, un medio de transporte que facilitaría enormemente sus desplazamientos diarios por los intrincados senderos del campo. Además del regalo material, le expresamos nuestro profundo agradecimiento por su incansable labor y dedicación hacia su comunidad.
Con el corazón rebosante de gratitud, Ester aceptó nuestro regalo, sabiendo que cada pedaleada será un testimonio de la generosidad y el apoyo de aquellos que reconocen su invaluable contribución a la vida de quienes la rodean.
Desde hoy, Ester continúa su misión con renovado vigor, pedaleando HACIA ADELANTE con determinación y esperanza, sabiendo que, aunque el camino fuera largo y difícil, su amor por el prójimo siempre la guiaría, iluminando los rincones más oscuros con su bondad y compasión.
