El Obispo diocesano, Monseñor Adolfo Ramón Canecin, en celebración del Domingo del Buen Pastor en la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, presidió la celebración Eucarística en la Parroquia Santa Catalina de la Ciudad de Esquina, Corrientes, donde realizó su promesa de vínculo con el instituto Misioneras Seglar de la Iglesia, la hermana Nancy Edith Martinez. Participaron Sacerdotes del clero diocesano, seminaristas y Religiosas de la Diocesis de Goya. En el día que la Iglesia rezó especialmente por las vocaciones, en el marco de la jornada mundial convocada por el Papa: “Estamos llamados al servicio de la Iglesia y para las periferias del mundo” expreso Monseñor Adolfo Canecin.

“Que todos sean uno” es el lema que erigió para su promesa de vincula la hermana Nancy Edith Martinez al Instituto Misioneras Seglar de la Iglesia, cuya espiritualidad y estatutos pertenecen a la obra de Nazaria Ignacia Marcha.
Este Instituto de vida consagrada nació en Madrid (España) en 1962 y desde 1990 en Argentina, la espiritualidad es ignaciana y el carisma es el trabajo por la unidad al servicio de la Iglesia en la extensión del Reino.
El obispo reflexiono sobre las palabras de Jesús “la mies es mucha y los obreros son pocos” y planteo que al llegar esta celebración se piensa “solamente en las vocaciones sacerdotales, eso es una estreches” y para eso “tenemos que abrir la mente y el corazón”.“Llamados a edificar la familia humana” es el mensaje del Papa Francisco y es una concepción “amplia de la palabra vocación”.
“Todo ser humano fue pensado por Dios desde la eternidad y esta llamado” porque “el Señor les regalo un don, un carisma y una gracia”, y como “cada ser humano es único e irrepetible, tiene un lugar y don en la humanidad, en la Iglesia y en la sociedad” destaco.En esa línea dijo “todos tenemos un lugar” y animo a “descubrir” ese lugar.

“Cuando hablamos de vocación no nos quedemos reducidos pensando que es un llamado especifico al sacerdocio, ese es un estado de vida” pero también otro “estado de vida es el diaconado, el matrimonio, la vida consagrada, misionera, contemplativa” y “todos estamos llamados a edificar la familia humana”, remarco. Refiriéndose al domingo del Buen Pastor dijo “Jesús es el buen pastor prometido por Dios” y remarco el pasaje bíblico del profeta Jeremías “les daré un pastor según mi corazón”.
El pastor que regalo Dios según su corazón es “Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre” y del cual “todos los que vamos haciendo un camino en la Iglesia nos enamoramos, entusiasmamos y apasionamos” por eso alentó a “ser sus discípulos y misioneros para que otros también conozcan a Jesucristo”.“Jesucristo es el único Buen Pastor, es el cordero que dio la vida” remarco.

Reiteró su pedido que hizo cuando llego a esta Diócesis “tenemos que ayudarnos entre todos a crear la cultura vocacional, crear el ambiente propicio para que cada ser humano pueda descubrir el es el sueño, plan y proyecto que Dios tuvo desde la eternidad” para poder “encarnarlo y asumirlo en sus vidas”. Recordó la expresión de Santa Nazaria Ignacia “tenemos que ser la Palabra de Dios encarnada” porque muchos “conocerán a Dios viendo las vidas de cada uno de nosotros”. “Tenemos que predicar siempre y algunas veces también tenemos que hablar” expreso parafraseando a San Francisco de Asís, eso significa que “la vida es el mensaje y algunas veces la palabra verbal”.
Remarco también más adelante que “en el corazón de la familia humana se edifica la Iglesia, al servicio del Reino de Dios” y animo a pedir al Señor “la gracia de poder escuchar su voz en la oración, en el silencio, en la Palabra y en cada uno de los hermanos en la realidad, porque Dios nos habla permanentemente”.
“Señor, regalarnos la gracia de escuchar tu voz, porque solo tienes palabras de vida eterno” pidió el Obíspo.-

