Con más de 200 mm de lluvia en apenas dos días, el desborde del arroyo Picardía dejó calles anegadas, viviendas afectadas y evacuados.
La ciudad atraviesa una de sus semanas más difíciles del año. Las lluvias intensas y persistentes desde el fin de semana provocaron el colapso de canales y arroyos, principalmente el Picardía, que se desbordó y afectó a numerosos barrios. En menos de 48 horas cayeron cerca de 200 milímetros, lo que llevó al límite el sistema de drenaje urbano y dejó a su paso casas anegadas, calles intransitables y familias autoevacuadas.

«De enero a abril llovieron cerca de 400 mm; pero desde mayo hasta ahora acumulamos más de 700 mm. Esta cantidad en tan poco tiempo genera consecuencias graves», resumió Pablo Verón, jefe de Defensa Civil local, en diálogo con Digital Santo Tomé.
Los barrios Centenario, Picardía, Itá Cuá y Tablada figuran entre los más golpeados. En Centenario, especialmente entre las calles Independencia y 9 de Julio, el agua cubrió patios y alcanzó a las viviendas. El bajo de la Escuela Técnica, en la esquina de Artigas y Sarmiento, fue cerrado al tránsito por el socavamiento de la estructura vial, que ya no ofrece seguridad para circular.
En total, tres familias fueron asistidas y trasladadas por Defensa Civil a viviendas de parientes. «Se autoevacuaron porque el agua ingresó rápidamente a sus hogares. No hay condiciones todavía para habilitar el centro de evacuados, pero lo estamos evaluando junto a Acción Social», explicó Verón. «El problema es la intensidad y velocidad con la que llueve. Por momentos no hay margen para que el sistema de drenaje responda».
Los Bomberos Voluntarios trabajan con bombas extractoras para achicar patios y garajes inundados, y el Municipio reparte materiales para proteger techos ante la posible continuidad del mal tiempo. «No hubo grandes destrozos en techos ni caída de árboles porque no hubo viento fuerte, pero la acumulación de agua generó problemas graves», aclaró.
Además de los barrios ya mencionados, también se registraron anegamientos en la zona del Corsódromo, donde nuevamente quedó al descubierto una obra inconclusa: vecinos denunciaron que los badenes prometidos para mejorar el escurrimiento nunca fueron construidos. «Es una zona crítica donde siempre se acumula agua y nadie da explicaciones claras», reclamó un vecino.
Mientras tanto, el río Uruguay crece a razón de 5 centímetros por hora y alcanzó los 5,24 metros en el puerto local. Por ahora, los registros de la represa de Chapecó no indican peligros mayores, pero la situación es monitoreada permanentemente.s
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