La historia de este pujante pueblo correntino geográficamente ubicado entre Ituzaingó e Itá Ibaté, se levanta a orillas de la ruta nacional 12 y dista a unos 200 kilómetros de la capital provincial, se comenzó a escribir hace más de medio siglo. Sus fundadores Doña María Haydée Galarza y Don José Luís Olivari deciden donar parte de sus tierras para el poblado. Siempre pensando en la educación de su gente, promover los valores culturales, morales, atendiendo las demandas, donando para la Fundación hectáreas de campo para escuela, registro civil, capilla, etc fue Doña Haydeé la gran precursora de este desarrollo.
Historia de “La Villa”

Villa Olivari nació y creció con la madera. Desde su fundación -allá por 1966- quienes poblaron sus tierras trabajaron en el área forestal. En ese sentido, la empresa forestal Fiplasto que se instaló justo en frente del pueblo en la década del ‘70 fue un actor determinante para su formación, pues empleaba a más de 200 habitantes de “la Villa” (como le dicen sus pobladores a la localidad). Más tarde, ya en el año 1998, la empresa forestal quebró económicamente y dejó desocupados a sus empleados.
Muchos eligieron el lugar para afincarse mientras trabajaban en la mega obra que comenzaba en la zona: la represa de Yacyretá.
Actualmente Fiplasto pertenece a la empresa de capitales suizos Cofina, que generalmente trae sus propios empleados para trabajar la madera que produce en la zona. Consideran que esto perjudica de sobremanera a los pobladores de la Villa, aunque muchos han encontrado una nueva fuente de trabajo: los aserraderos. En estos días Olivari tiene seis aserraderos y existen proyectos para ampliar ese número debido a la gran explotación forestal que se desarrolla en la zona y a la mano de obra existente en el pueblo.
Dejando de lado a la madera, la actividad comercial se limita solamente a la venta de alimentos y productos de primera necesidad.
Es uno de los portales de acceso a los asombrosos Esteros del Iberá. En sus alrededores se observa inmensas lagunas que inspiran a la tranquilidad, prometiendo el avistaje de aves y enormes yacarés.
Otros de los atractivos turísticos es la fiesta Regional del ternero Correntino que se realiza en el mes de noviembre. Su Santo Patrono, San Luis Gonzaga, se conmemora en el mes de junio con las celebraciones religiosas y litúrgicas correspondientes. Archivo Diario El Litoral de Corrientes.
