LA CARNADA. ALGUNOS MENORES SE VEN TENTADOS A PRODUCIR CONTENIDO A CAMBIO DE DINERO.
Delitos informáticos
Menores de edad de instituciones públicas fueron agregados a un chat en el que publicaban contenido pornográfico. La Policía de Corrientes explicó que se trata de un mecanismo de captación de redes de trata y brindó recomendaciones sobre cómo deben actuar los tutores.
Un hecho delictivo aberrante se dio hace una semana en el ciberespacio local. Niños y adolescentes fueron agregados a grupos de WhatsApp en los que se publicaba material pornográfico que incluía a menores de edad.
Desde la Policía de Corrientes explicaron que este tipo de maniobras tiene por finalidad captar interesados en consumir o producir contenido pedófilo. A su vez brindaron una serie de recomendaciones sobre cómo actuar al ser víctima de estas operaciones articuladas por redes de trata.
La información llegó a diario época a través de tutores que exhibieron capturas de pantalla de un grupo implicado. Uno de los mencionados se denominaban «Añadan Gente» y contaba con unos 143 miembros, todos menores de edad. Allí, los pederastas subían contenido sexual, tanto real como ficticio, es decir elaborados con software de inteligencia artificial.
«Creemos que hackearon uno de los celulares de uno de los chicos. Por medio de su dispositivo ingresaron a grupos de WhatsApp del colegio y empezaron a agregar personas al azar», comentó a diario época una de las madres de un joven de 11 años.
La queja partió desde un grupo de tutores de un reconocido instituto céntrico. Una vez que los menores comenzaron a exponer la situación, los padres comenzaron a hacer público el drama para alertarse entre sí. «Añadieron a chicos de dos cursos del instituto, pero también habían alumnos de otros colegios céntricos», explicaron.
El grupo en cuestión contaba con al menos tres administradores identificables con un número de teléfono con característica 2494. La misma corresponde a la localidad de Yuto, provincia de Salta.
La primera acción de los menores y tutores fue bloquear el grupo y reportarlo a la plataforma de Meta. «Desde el instituto nos dijeron que ellos no podían intervenir ya que ocurrió en un espacio externo, ó sea no ocurrió en el edificio», agregó otra madre muy preocupada por la situación.
Hasta el momento no se conoce que algún particular haya presentado una denuncia formal. Todo quedó en un caso más de grooming.
¿Qué es el grooming?
Grooming es el acoso sexual de una persona adulta a un niño o adolescente por medio de Internet, según la Guía Práctica para Adultos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Las personas que realizan esta acción delictiva se llaman groomers o acosadores.
Desde diciembre del 2013 se incorporó el grooming como delito al Código Penal. El Artículo 131 establece una pena de prisión de seis meses a cuatro años.
El acosador suele crear un perfil falso en redes sociales, aplicaciones, videojuegos multijugador u otro medio social. Se hace pasar por una persona menor de edad para generar confianza y tener una relación de amistad con niños o adolescentes. Luego, el acosador le pide a la víctima fotos o videos con contenido sexual.
Cuando lo consigue, chantajea y amenaza al niño o adolescente con hacer público ese material si no envía nuevas fotos o videos, o si no acepta un encuentro personal. Otras veces, si existe una relación de confianza, puede que la víctima acceda a un encuentro personal con el acosador.
En otras ocasiones, el acosador obtiene fotos o videos sexuales de la víctima sin necesidad de contacto previo, mediante el robo de contraseñas, hackeo de dispositivos o de cuentas.
La experiencia en Corrientes
Para hablar del tema, la institución deriva inmediatamente a la División de Delitos Complejos e Informáticos. En una entrevista con diario época, el encargado del área, Juan Carlos Benítez, desarrolló el tema y brindó unos lineamientos generales sobre cómo actuar al ser víctima de los groomers.
«Constantemente existen casos donde están relacionados el WhatsApp, menores de edad y este tipo de publicaciones», sostuvo el funcionario policial. En este sentido mencionó que hace poco tiempo una persona que realizó una compra a través del Marketplace de Facebook y al agendar al vendedor del producto, el comprador veía en su estado posteos de pedofilia.
Retomando el caso de alumnos de establecimientos escolares, Benítez sostuvo que el objetivo es «captar interesados en los contenidos para comprar, distribuir o producir material pornográfico ilegal». Estos interesados, que pueden ser los menores de edad o tutores, se contactan con los administradores y gestionan el contenido.
Con base a experiencias previas, el inspector aclaró que pese a que la maniobra es burda e implica exponerse ante niños y adolescentes, algunas veces puede rendir frutos. «Puede pasar que en un grupo de más de 100 personas, una caiga, una solo se contacte e inicie una charla con el administrador. En ocasiones, por desconocimiento o curiosidad, los menores se prenden en estos chantajes con el fin de ganarse unos pesos», marcó Benítez.
El referente de la institución policial aclaró que una vez que la víctima envía material pornográfico pasa a ser «rehén» del groomer. Los inescrupulosos extorsionan a los jóvenes para que sigan produciendo contenido, caso contrario exhiben las fotos o videos con los que cuentan. Inclusive puede llegar a un punto que el contenido multimedia no sea retribuido económicamente y solo se entregue por la misma coerción.
«Cualquier niño o adolescente que envíe una foto a cambio de una retribución económica queda enganchado para que el «comprador» continué exigiendo nuevo material. La amenaza coactiva es que va a subir el contenido ya disponible en grupos de WhatsApp o las redes sociales, incluso les dicen que pueden enviársela a los padres», amplió sobre el sistema fraudulento que afecta tanto a menores como adultos.
Según lo manifestado por la Dirección de Delitos Complejos e Informáticos, el contenido difundido en los grupos no guarda necesaria relación con la provincia. Es decir que puede ser producido en otras partes del mundo y descargado a través de internet.
Otro mecanismo de comercialización pedófila era la función «personas cerca» de Telegram. Por medio de la aplicación, y haciendo uso de la función, se podían encontrar usuarios con imágenes de perfil relacionadas a la pederastia. Estos ofrecían «packs» de contenidos a cambio de transferencias de dinero. La opción fue dada de baja en septiembre de 2024 tras estar relacionada a distintos delitos en todo el mundo.
¿Qué hacer en estos casos?
La Dirección de Delitos Complejos e Informáticos recomienda que los padres denuncien el hecho. Además en el caso que se produzca en una institución escolar piden a las autoridades que sumen sus quejas. Estas se pueden canalizar por medio de un abogado o bien los directivos en representación de los padres.
«Este es el procedimiento más habitual, ya que debemos intervenir por medio de la fiscalía pidiendo un oficio», acotó el encargado del área. A la vez que recordó que en cualquier comisaría se pude presentar la denuncia; no obstante, lo más recomendable es que vayan hasta la Dirección de Delitos Complejos, sobre todo porque allí van a encontrar personal capacitado técnicamente.
La Fiscalía interviniente será la que decida cuáles serán los pasos a seguir en la investigación.
¿Son rastreables?
El inspector aseguró que no es difícil localizar a los depravados, pero aún existen limitaciones técnicas que complican la tarea.
«De todas formas siempre tenemos el acompañamiento de las fiscalías que nos brindan los oficios y medidas judiciales para solicitar a las empresas telefónicas o redes sociales la información de los usuarios implicados», reveló sobre el procedimiento.
Para el Ministerio de Capital Humano de la Nación una situación de grooming debe abordarse como un caso de abuso sexual contra niños y adolescentes. Por eso es importante que, ante un caso de ciberacoso, se tenga en cuenta las siguientes recomendaciones: llamar a la línea 102 o a la línea 137, para recibir orientación y asesoramiento. Y más específicamente no bloquear, enfrentar o reportar al perfil acosador, ya que se corre el riesgo de perder pruebas de investigación.
Un caso conocido fue exactamente hace un año cuando la modelo Natalie Weber expuso en los medios nacionales que su hija de 12 años fue integrada a uno de estos chats. «Lo que hacen es poner a los chicos de administradores del grupo, pero el creador es un pedófilo. A mi hija la sumó un compañero, van sumando chicos, los ponen de administradores y la clave es llegar a mil», declaró en el programa Desayuno Americano. «Cambiándole la configuración del WhatsApp, te aseguras que no puedan ser sumados a ningún grupo sin su pedido. Ellos pueden crear, pero no ser agregados», dejó como recomendación.
Alejandro Duete
