El obispo diocesano, monseñor Adolfo Ramón Canecin, saludó a los maestros que celebraron su día, en la misa que presidió el domingo en la Catedral e impartió la bendición a los docentes. Animo continuar abrazando con «amor la vocación que Dios les encomendó» y elevó su oración por los maestros fallecidos.
En su homilía el Obispo destacó la labor de los docentes, señalando «todos hemos tenido la experiencia de tener un maestro o maestra» al tiempo que recordó con «mucha gratitud» a sus maestras, que en sus primeros años fueron en la zona rural, donde «iba a caballos una legua para llegar a la escuela» porque «yo nací y me crié en el campo» dijo el obispo.
Después continúo estudiando en la ciudad de Formosa en la Escuela «Fray Mamerto Esquiu» por eso dio gracias a Dios por todos los maestros que «tanto bien han hecho en nuestras vidas» y rezar por aquellos que ya han partido a la Casa del Padre.
Aseguró su oración por los docentes jubilados y los que están en ejercicio de la profesión.
«En este día recemos por todos los maestros y procuramos expresar la gratitud. Qué lindo es poder decirlos y si es en vida mucho mejor» enfatizó.
La acción de gracias estuvo a cargo de una docente jubilada quien agradeció el saludo que el Obispo difundió en un video para todos los maestros.
«Sembramos en la tierra con que nos encontramos» y continuo a los «que estamos jubilados sigamos apostando a la docencia desde nuestro lugar y a los que hoy todavía se encuentran frente a las aulas sigan luchando, no importan las crisis, los cambios. Lo importante es que tenemos en las manos que forjar un futuro y, depende de cada docente como podamos guiar ese futuro» por eso alentó «sigamos formando personas de bien».-
