EL ESPÍRITU CARNAVALERO
Por Javier Gauto
Allá por 1998, la avenida Madariaga se ofrecía como escenario carnestolendo y en un punto de su trayecto, sobre una mesita de bar plegable, “Gio” Rojas armaba su equipo móvil de transmisión para con Javier Ramírez y otros llevar por Eclipse todas las instancias de esos “4 días locos” de carnaval.
Por entonces, Zingarella, Karisma y Tropical seguían luchando por permanecer vigentes. Zingarella, con Mario Gauna a la cabeza, presentaba el “carnaval de mi ciudad”, y decía: “sea como fuere: comparsa, agrupación musical, con un grupo, o simplemente con un estandarte, Zingarella no abandonará a su público y estará presente”. Karisma Samba Show era más samba que show, y algo conservaba de karisma. Ni reina pudo presentar este año. Tropical tampoco, pero tenía en sus filas a Katy Gómez, singular bailarina que era capaz de motivar al espectador con su encendida danza, pero que paradójicamente no alcanzó en sus 17 años de carnaval (a esa fecha) el premio de Mejor Bailarina. La “comparsa sol”, presidida por Perla Valdés y posteriormente dirigida por su hijo José Luis, siempre le puso “chispa” al carnaval generando “acaloradas” disputas con las demás comparsas, pronunciando de algún modo la competencia que con todo su fervor volvía a surgir en cada noche carnestolenda. “Cuando en Goya no había corsos oficiales, Tropical era la que organizaba. Fue la única que mantuvo viva la llama del carnaval en Goya”, aseguraba José Luis.
Más allá de los ardidos entrecruces, el espíritu del carnaval era quien se apoderaba finalmente de sus protagonistas: músicos, pasistas, bailarines y demás, y entonces no importaba nada más que bailar al ritmo de batucadas. Magia contagiante encendida por una llama que muchos se encargaron de mantener viva con el paso de los años. Es el caso de Juana Rosa Macías.
Juana Rosa, porambacera por elección, comparsera de alma. Bailó con el mismo ardor carnavalero corriéndole por la sangre hasta que la salud solamente la detuvo. Arribando al 20 de febrero de 1994, el médico le recordó –nuevamente quizá- que a pesar de sus 48 años los problemas de salud indicaron que debía dejarlo todo, ¡ya! El 21 celebró sus 49, y al día siguiente se “empastilló” para desfilar junto a la comparsa de sus amores, bailar por última vez y despedirse de todos con una sentida carta de agradecimiento que leyó emocionada esa noche junto al palco. Su texto se transcribe más abajo.

Mucho tiempo después, el carnaval barrial pasó por la calle Paso de los Libres, a dos cuadras de su casa del barrio 9 de Julio. Fue ese día y nada más. Cómo si el mismísimo Momo la estuviera buscando, extrañando tal vez esa alegría que derrochaba por doquier. El Espíritu del Carnaval jugó a la seducción y ella se dejó tentar. Vistió un traje amarillo de bahiana y cargó un estandarte, cual Portabandera que anuncia a la comparsa junto a la Comisión de Frente, y junto a un par de amigas se animó a volver con ese viejo amor: el carnaval.
El 2021 se despidió de sus seres amados para reunirse junto a Nivi, Beba, y tantos otros que hoy gozan de paz eterna, como el mismo “Gio” (Gerardo Rojas), en un cielo acaso bordado de blancas lentejuelas. En Juana vaya el homenaje a todos ellos, hombres y mujeres que fueron construyendo esto tan nuestro que hasta pasó a ser un bien turístico cultural. El carnaval precisa de gente como ellos para mantener siempre encendido este espíritu que con su propio destello hace brillar las noches de febrero en la ciudad.
Un año antes de alejarse del corsódromo, en 1993, Juana Rosa fue distinguida como Espíritu del Carnaval. También en 1991.
TRANSCRIPCIÓN DE LA CARTA DE DESPEDIDA
Al Sr. Presidente de Porambá
Daniel Vilas
Quiero comunicarte a través de esta nota, que con la última noche de corso aquí en Goya, doy por finalizada mi participación en esa comparsa que me dio solo alegrías y un sinfín de cosas vividas y todas, hermosas.
Todos y cada uno de ustedes se comportaron conmigo de 10, nunca tuve problema alguno con nadie, fui inmensamente feliz, y quería hacértelo saber a vos y a los demás y quiero que hagas público mi agradecimiento. Y me retiro con toda la alegría de haberle dado todo a mi comparsa, a Goya, y gente que nos visitó.
Agradecimientos a: Olga Vázquez e hijas; Bety Zoilo y familia; María Teresa Ayala; Gustavo Panero y Sra.; Poroto Espinoza; Fabián Cedrolla; Pipi Peña; Mario Martínez e hijo; Carlos Silva. Nunca voy a olvidarlos, los voy a llevar en un predilecto rincón del corazón. Si me olvido de agradecer a alguien, ¡por favor! Entiéndanme, la emoción me embarga. Y termino acá con un: fuerza Porambá, adelante, no aflojen. ¡¡Suerte!! Y de la mejor.
Y un cariño y respeto muy especial para vos Daniel que fuiste, sos y serás el diosito de la comparsa (de la más linda, la más linda). Y un respeto muy especial a tu hermosa familia.
Y por último, el calor que les he dado a mis compañeros y la alegría de todas y cada una de las noches, les voy a seguir dando, pero de ahora en más, como una muy alegre y fervorosa espectadora. Nada más, los amo a todos por igual.
Con el corazón, Juana Rosa. (Fechada el 22 de febrero de 1994).