Ante la autoridades de municipales y representantes de las fuerzas armadas y de seguridad, el padre Ariel Gimenez, párroco y rector de la iglesia catedral de Goya, hizo un llamado a la unidad, destacó el esfuerzo enorme del pueblo por la independencia e invitó a rezar juntos por el país. “La historia de nuestra patria está envuelta en el drama de la grieta” puntualizó.

El padre Ariel Gimenez, párroco y rector de la iglesia catedral de Goya, presidió el solemne Tedeum en la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”, con motivo del 205 aniversario de la Declaración de la Independencia Argentina. El sacerdote reflexiona sobre el pasaje evangelico: “Jesús dijo a sus discípulos: Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso” e hizo un llamado a la fraternidad.
“Hoy queremos dar gracias a Dios por nuestra Patria Argentina. La Patria es
mucho más que el país o la nación, es lo recibido de los Padres y lo que hemos de entregar a nuestros hijos” fueron los conceptos iniciales de la homilía del párroco goyano.
“La historia de nuestra patria está envuelta en el drama de la grieta, desde los inicios. Los leales a la corona de España y los revolucionarios. Morenistas y Savedrista. Los unitarios y federales. Los de izquierdas y los de derecha” aseguró, y consideró que fueron “particularmente las decadas de los 60’ y 70’ que parecen habernos paralizado”.
“Los argentinos necesitamos reconciliarnos. Reclamamos justicia y está muy
bien que lo hagamos. Sin justicia no hay reconciliación posible. Pero justicia
no es venganza. Y, además, la justicia debe ser superada por la misericordia” describió.
“No podemos pedir a Dios misericordia si no somos misericordiosos. Ser misericordioso es hacerse cargo, con el corazón, de las miserias del otro, como el otro de las nuestras”.
Advirtió más adelante en su homilía que “nos estamos acercando a un tiempo de elecciones, que siempre trae un horizonte de esperanza. Pero no hay que olvidar que la esperanza es virtud de lo arduo y que, por lo mismo, exige fortaleza”.
Planteó que “exige de nuestros candidatos seducirnos con propuestas claras, realizables y que respondan a los desafíos actuales. Es una pena ver el armado de alianza buscando el acomodo y no los ideales de los partidos, es una pena porque los grandes partidos políticos de la Argentina, no surgieron para buscar el acomodo o un puesto. Su nacimiento se debe a que buscaron dar respuestas a los desafíos de su tiempo, pero con ideales nacionalistas y de crecimiento para la patria, para hacer del estado más competente, cuidar a los niños y ancianos. Fortalecer la educación y la salud pública.
En otro momento de la homilía,el padre Ariel Gimenez, señaló: “Necesitamos cuidar nuestra independencia soberana y económica. No podemos seguir acentuando la grieta, con campañas que, en lugar de propuestas, se acentúa la agresión, entonces el ataque se transforma en la mejor defensa” puntualizó.
“La Nación independiente y libre se gestó en una pequeña provincia de la
Argentina profunda. Los congresales hicieron de una «casa de familia» un
espacio fecundo, donde se desarrolló una auténtica deliberación parlamentaria. En ese ambiente doméstico, los diputados de lugares tan distantes se vinculan como hermanos, motivados por la causa suprema que los convocaba. Si bien por momentos dominó el disenso en prolongadas sesiones, la comunión en lo esencial hizo que el diálogo razonable superarse las diferencias y primó el interés común, dejando que las ideas reflejasen con fidelidad el sentir de los pueblos y familias que representaban, coincidiendo plenamente en las más nobles aspiraciones federales”.
“Nos legaron el acta fundante de nuestra argentinidad, y a riesgo de sus
propias vidas, llenos de santo ardor por la justicia, prometieron ante Dios y la
señal de la Cruz sostener estos derechos hasta con la vida, haberes y fama”.
Citó a Borges: “Nadie es la Patria, pero todos lo somos”.
Dió gracias a Dios por “aquellos hombres que se juntaron heroicamente obsesionados por la independencia, por la libertad, para que sus hijos, nietos, y bisnietos, nacieran y crecieran dignamente”.
“¡Hoy nos toca a nosotros! … el Señor de la historia nos ha confiado éste
tiempo, somos las personas adecuadas en este escenario para salir adelante, y por eso, no nacimos en 1816 ni en el futuro, sino que somos el hoy de este
pueblo, en la medida que nos comprometemos dando lo mejor de nosotros
seremos hombres y mujeres gastadores de una nación libre o de lo contrario
quedaremos en la nota de pie de la página de nuestra historia”, concluyó el padre Ariel Gimenez en la catedral de Goya.—
Enviado por:
OFICINA DE PRENSA OBISPADO DE GOYA
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