El ex combatiente aseguró que les sorprendió la noticia de la rendición, porque ellos estaban con buena moral y con disposición a seguir combatiendo. Recordo que cuando llegaron a Ezeiza el gobierno de Facto los abandonó a su suerte como diciendo “arréglense como puedan”.
En las vísperas de la conmemoración de la gesta de Malvinas del 2 de abril, el profesor Horacio Caceré estuvo junto a ex combatientes, en los estudios de FM Norte, en el programa “AM” que se emite con la conducción de Carlos Gómez Muñoz. Alli, junto a Cacere estuvo Juancito Barbona, quien es oriundo de Departamento Caffarreño, y que hoy vive en Goya. A él le tocó prestar el servicio militar obligatorio en esa época.
Barbona hizo un relato de su experiencia personal en la guerra como soldado conscripto: “Me citaron por telegrama, tenía que presentarme. Nos llevaron con otros chaqueños a La Plata. Cumplimos dos meses de instrucción y luego a destino. Me tocó ir a Rio Grande, Tierra del Fuego y ahí preste servicio militar durante nueve meses. Y fue en esa época que ocurrió lo de Malvinas. Por supuesto que nosotros no sabíamos, pero hacíamos fuerte instrucción. Ahí nos enteramos de que se había recuperado Malvinas. En tanto nosotros hacíamos instrucción en zona de montaña, frio, con balas de guerra. Teníamos una radio chiquita, y fue ahí que nos enteramos de que recuperamos Malvinas. Nos reunió el jefe y nos comunicó qué es lo que pasó y el 8 de abril partimos a Malvinas. No nos preguntaron si queríamos ir o no. Llegamos a la noche a Puerto Argentino y nos quedamos a amanecer ahí. Yo integraba el Batallón de Infantería N° 5. Al otro día tomamos una caminata de más o menos 15 kilómetros, llegamos al pueblo, pasamos e hicimos una posición donde teníamos que quedarnos. Así fue nuestra llegada a Malvinas”.
Continuó relatando: “Estuvimos hasta el 14 de junio en que nos sorprendió la noticia de que se había terminado. Por eso es que yo digo que el soldado raso, como yo, estábamos enfrentados en ese momento a los ingleses. Los teníamos a 200 o 300 metros de distancia y combatimos, incluso cayeron cuatro de mis camaradas a mi lado, pero estábamos para seguir defendiendo a nuestra patria, a nuestro país. En cierto momento el jefe dijo “tenemos que replegarnos porque tenemos la orden porque se había terminado la guerra, que el grueso de la compañía que estaba atrás nuestro se había ido. Ya no teníamos respaldo”.

“Cuando llegamos al pueblo de Puerto Argentino estaban los ingleses ahí. Al otro día salimos todos formados, el batallón completo y saliendo del pueblo nos sacaron las armas, llegamos al aeropuerto donde estuvimos una semana más o menos, el 20 de junio nos trajeron al puerto donde embarcamos en el Almirante Irizar, en ese momento estaba pintado como la Cruz Roja para poder rescatar a los heridos.
Llegamos en avión, nos embarcaron en Ezeiza y ahí teníamos que hacernos cada uno respecto al lado para donde teníamos que irnos, nos soltaron nomas como “arréglense como puedan”. En mi caso volví a la casa de una tia y después sí vine a Goya. Yo en ese tiempo tenía 20 años”, recordó el ex combatiente.
“Hoy dia tenemos un compromiso dentro del pecho cuando pensamos que allá quedaron 649 camaradas y a muchos de ellos vimos morir cerca nuestro. Eso es lo que el ex combatiente lleva en la mente”.

“Conozco a camaradas que sufrieron el maltrato”, dijo en referencia a denuncias de torturas que realizan abogados como Pablo Vassel hace varios años. “En mi caso no pasó, estábamos en una situación en la que nosotros mismos no admitíamos que los jefes nos hagan el movimiento vivo como en el batallón…castigos por cualquier cosa ahí no existía porque nosotros mismos no admitíamos eso”, aclaro.

