La hermana Nancy Edith Martínez del Instituto Misioneras Seglares de la Iglesia, Obra de Santa Nazaria, hizo la profesión de sus votos temporales, durante una misa celebrada en la parroquia Santa Catalina de la ciudad de Esquina. Presidió el obispo de Goya monseñor Adolfo Ramón Canecin, en el marco de la Jornada Vocacional del Domingo del Buen Pastor. Acompañaron sacerdotes, seminaristas, religiosas, consagradas de la diócesis y los integrantes del equipo diocesano de la Pastoral Vocacional. “Cada vocación es un signo de esperanza “remarco el obispo.
En el día que la Iglesia reza especialmente por las vocaciones, en el marco de la jornada mundial convocada por el Papa: “Estamos llamados al servicio de la Iglesia y para las periferias del mundo” expresó monseñor Adolfo Canecin.
Concelebraron la misa los párrocos Pedro Pablo Ojeda y Rubén Luis Cattay.
“Que todos sean uno” es el lema que eligió para su profesión de votos temporales la hermana Nancy Edith Martínez al Instituto Misioneras Seglar de la Iglesia, cuya espiritualidad y estatutos pertenecen a la obra de Nazaria Ignacia March. Este Instituto de vida consagrada desde 1990 esta en Argentina, la espiritualidad es ignaciana y el carisma es el trabajo por la unidad al servicio de la Iglesia en la extensión del Reino.
Monseñor Adolfo Canecin, durante la homilía destaco que “en este tiempo pascual estamos todos invitados a realizar un encuentro profundo, íntimo y personal con Jesús Resucitado. Hagamos la experiencia de tocar y dejarnos tocar por el resucitado” dijo.
“En este Domingo del Buen Pastor tenemos que centrar la mirada en Jesús, el Cordero, que Dios nos regaló. Ese pastor que es la puerta por la cual tenemos que entrar todos en el seno de la Iglesia y en el Reino de Dios” continuo monseñor Adolfo Canecin.
Más adelante, reflexionó sobre la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, “es una jornada propicia para meditar sobre la vocación” y sugirió leer el mensaje que escribió el Papa Francisco para esta celebración “Peregrinos de esperanza: el don de la vida”.
“Cada vocación en la Iglesia —sea laical, al ministerio ordenado o a la vida consagrada— es un signo de la esperanza que Dios pone en el mundo y en cada uno de sus hijos” dijo haciendo propias las palabras del Papa Francisco.
“Hemos sido llamados a la vida y hemos sido llamados a la fe. Teniendo la vida y teniendo la fe el Papa habla de la vocación laical, sea en el matrimonio y en la familia. La mayor parte del pueblo de Dios vive la vocación laical, para ser luz y fermento, en las realidades temporales, con sus vidas, palabras y ejemplos” remarco.
Al dirigirse a la Hermana Nancy Martínez dijo: “El Señor te eligió para la vida consagrada. Hay un abanico de modo impresionante de consagración en la Iglesia y Nancy (Martínez) a discernido que el Señor que la ama y tiene su nombre grabado en la palma de sus manos la ha llamado a la vida consagrada, en este carisma tan precioso de Nazaria Ignacia March”.
“Todos estamos llamados a ser hijos e hijas de Dios, en el seno de la Santa Madre Iglesia. Estamos todos convocados a la santidad que es la vocación universal a la cual estamos todos llamados” remarcó.
Reiteró su pedido que hizo cuando llegó a esta diócesis “tenemos que ayudarnos entre todos a crear la cultura vocacional, crear el ambiente propicio para que cada ser humano pueda descubrir cuál es el sueño, plan y proyecto que Dios tuvo desde la eternidad” para poder “encarnarlo y asumirlo en sus vidas”.
“Lo mejor que podemos hacer en nuestra pastoral es crear la cultura vocacional, porque, Dios ya hizo lo suyo. Desde la eternidad pensó en cada uno, soñó, lo puso en el corazón y en la conciencia de cada uno. Nosotros tenemos que crear el clima propicio y adecuado, para que eso que Dios puso como sueño en el alma de cada ser humano, pueda encontrar” remarco.
“Toda vocación está animada por la esperanza, que se traduce como confianza en la Providencia” finalizo.—
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