Por César López – Técnico Superior en Turismo
Es una de las perlas preciosas del patrimonio artístico de la Provincia que lleva más un siglo de vida. Su sala se eleva majestuosa hacia la cúpula, con pinturas en derredor sobre un firmamento que expone a los astros de nuestra cultura. Una puerta espiralada que, en ciertas noches, se desliza para mostrar las estrellas del cielo de Corrientes.
El Teatro Juan de Vera, ubicado en nuestra capital, fue inaugurado el 25 de mayo del año 1913, ostentando un edificio con la fisonomía de la Belle Epoque Argentina. Sobre su escenario, desfilaron personalidades rutilantes de la historia del arte nacional. A partir del año 2003, comenzó su proceso de restauración general que se extendió hasta el año 2005, el momento de su reinauguración. Parte de su renovación se plasmó en la cúspide de la sala teatral, con los frescos de la cúpula pintados por el artista plástico y ex Director del Vera: José Ramírez. En un firmamento de nubes se puede observar alegorías de la esencia guaraní y la fundación mitológica de Corrientes, acompañadas por la imagen de los impulsores del origen del teatro y artistas que por allí pasaron. Un círculo infinito que nos encandila con el destello conceptual de patrimonio vivo.
Entre las escenas destacadas están los siete corceles, un símbolo de las siete puntas geográficas de la ciudad que penetran en las aguas del Paraná. Allí mismo, aparece la figura del conquistador Juan Torres de Vera, quién avistó por primera vez esta tierra. También, se encuentran los sabios guaraníes en pleno ritual chamánico con la naturaleza y se dibuja un coro celestial de niños aborígenes, dirigidos por un Padre Jesuita.
Además, están presentes los primeros hacedores del teatro, las expresiones artísticas propias del chamamé y representaciones de la mística teatral del drama y la comedia. Curiosamente, forman parte de esta obra el autorretrato del pintor José Ramírez y la imagen del goyano Armando Noguera, cantante lírico del Colón, radicado en París.
Esta visión artística de la correntinidad se concentra en el mural de la cúpula corrediza del Vera. La puerta del añoso cielo de Corrientes que sigue siendo el mismo y espera al llamado de nuestro espíritu para abrir su panel hacia la inmensidad del cosmos de nuestra historia.
