Por César López – Técnico Superior en Turismo
Es el prohombre que resignificó el juego de tener una pelota en los pies, aquel que transformó un relato y la palabra fútbol en arte y patrimonio cultural. Se cumplen dos años de la muerte del héroe más humano de nuestra historia, que conquistó el mundo.
“SIEMPRE MARADONA”. Alguien que será eterno en el sentir de los argentinos, en la inspiración de poesías y canciones o simplemente, en esa 10 que aparece hasta en la más remota canchita de barrio. Si pensáramos, ¿Quiénes deberían estar en el Mural de la Argentinidad? Seguramente, nombraremos a figuras como Mercedes Sosa, René Favaloro, Carlos Gardel, el Papa Francisco, Manuel Belgrano, J. L. Borges y, sin dudas, Diego Armando Maradona. Sus rostros, tendrían que estar pintados con el pincel y la tinta que ni el tiempo la ha de borrar. Ese mural sería la imagen de lo que somos como argentinos, porque son los máximos héroes de nuestra nación.
Diego, es un semidios que está en el olimpo de la cultura popular. Es como una deidad griega de la mitología del fútbol, de naturaleza prodigiosamente humana y divina. Maradona más que un gran futbolista, es una manera de ser, un modo de entender la vida, sin dar por perdida una jugada, derrochando valentía, sin miedo a entregarlo todo, con pasión y sin medida. El cantautor mexicano MANU CHAO escribió una vez “SI YO FUERA MARADONA VIVIRÍA COMO ÉL, PORQUE EL MUNDO ES UNA BOLA QUE SE VIVE A FLOR DE PIEL”. Si cada argentino en nuestro día a día, pusiéramos una pequeña parte de lo que Diego ofrendó al mundo, viviríamos en el país que soñamos.
Fue declarada “Lugar Histórico Nacional”.
El 25 de noviembre del 2020 falleció un SEMIDIOS, mitad humano y mitad dios, que liberaba fantasías de artista entre firuletes, gambetas y el gol. Una vez con 12 años de edad, en una de sus primeras entrevistas declaró: “SOY CORRENTINO, PERO VIVO EN FIORITO DESDE LOS NUEVE”. Jamás olvidó su raigambre esquínense que lo llevó a sentir como pocos, el chamamé, el carnaval y el fervor de la pesca deportiva en el litoral argentino. Diego Armando Maradona, SEMIDIOS de sangre correntina que tendrá para siempre, no solo la 10 en el dorso, sino también, UNA CAPA CELESTE Y BLANCA EN SU ESPALDA.
